30 de mayo de 2017

EEUU. ¿OTRA BURBUJA INMOBILIARIA? ENTREVISTA CON MICHAEL HUDSON

Sharmini Peries. Kaosenlared

SHARMINI PERIES: Justo antes del colapso económico de 2007-2008 hubo varios indicadores económicos que podría dar una idea de la catástrofe inminente. Si nos fijamos en la situación económica actual en los EEUU, nos encontramos con muchos de estos mismos indicadores. Los precios de la vivienda están creciendo mucho. La deuda de las tarjetas de crédito ha comenzado a crecer de nuevo. El impago de préstamos para estudiantes ha aumentado, y los mercados de acciones y bonos han alcanzado su punto histórico más alto.

¿Estamos ante otra burbuja inmobiliaria como hace nueve años? Tengo conmigo a Michael Hudson para hablar de ello. Michael es profesor de Economía en la Universidad de Missouri, Kansas City. Y es el autor The Bubble and Beyond y Finance Capitalism and Its Discontent, Killing the Host: How Financial Parasites and Debt Bondage Destroy the Global Economy. Su libro más reciente es J is for Junk Economics.

Michael, unas 10 millones de familias perdieron sus hogares en la crisis de 2007 a 2008, y muchas de esas casas fueron comprados por los fondos buitres, como Blackstone. Los fondos buitres en realidad no revenden las viviendas que compraron, sino que las alquilan. Pero empecemos con los indicadores que me has señalado en un correo electrónico, diciendo que podríamos estar ya a en el umbral de otra crisis. Danos la esencia de esos indicadores y por qué predices eso.

MICHAEL HUDSON: Muchos de los indicadores puede ser similares, pero el carácter de la crisis es muy diferente que en 2008. Se menciona, por ejemplo, que los precios de bienes raíces superan sus niveles de 2008. Todo eso es cierto, pero como se acaba de señalar, 10 millones de personas perdieron sus hogares. Eso es lo que los economistas llaman traspasar la vivienda de manos débiles a fuertes, y lo aplauden porque en lugar de que familias pobres, minorías, afroamericanos e hispanos compren viviendas que están mucho más allá de su capacidad de pagar la hipoteca, estas casas ya han sido perdido o desahuciadas y Blackstone y otros fondos buitres las han comprado. Las compraron en efectivo.

La razón por la que lo hicieron así, en lugar de apalancar deuda, que es como la gente había comprado sus casas desde la Segunda Guerra Mundial, es que las tasas de interés son muy bajas. La Fed ha bajado los tipos de interés a cero (ZIRP) con el fin de volver a inflar una burbuja. Sin embargo, con estas bajas tasas de interés, Blackstone y otros fondos buitres, Wall Street, pueden hacer más dinero alquilando estas propiedades que vendiéndolas o especulando, o invirtiendo en el mercado de bonos.

El efecto es muy interesante. Hasta 2008, los alquileres en realidad bajaban. Cuanto más subían los precios de los bienes raíces, más caían los alquileres, porque el 17% del mercado era para “ciclistas”, especuladores que compraban una casa o un apartamento a crédito. Pensaron: vamos a comprar un condominio, una casa, vamos a esperar que el precio se infle. Todos estaban desesperados por encontrar a alguien para alquilar esos apartamentos, al menos para ayudarles a cubrir los intereses de las hipotecas.

El resultado fue que los alquileres cayeron. En este momento es todo lo contrario. Los alquileres suben, porque hay muchas menos propiedades disponibles, ya sea para comprar o para alquilar. La gente no puede permitirse el lujo de calificar para el préstamo bancario, por lo que no pueden permitirse el lujo de comprar una vivienda, y no pueden encontrar casas porque éstas han sido monopolizadas, tal vez el 20% en algunas áreas, por los fondos buitres, Blackstone y otros.

Mi amigo Gary Null, por ejemplo. Blackstone compró su edificio, rompieron la caldera, no encendía la calefacción, y le obligaron a cambiarse para vaciar la propiedad y tratar de aumentar el precio. Eso es en los bienes raíces comerciales. Estos chicos están poniendo de nuevo de moda la guerra de clases en los negocios.

Los precios de la vivienda están subiendo en Canadá y Australia, pero de nuevo: no se trata de una burbuja como antes. La estructura financiera se ha desplazado, en gran parte porque está siendo comprada por propietarios absentistas muy ricos en lugar de por la población en su conjunto. Por lo que la tasa de propiedad de la vivienda en Estados Unidos ha disminuido en alrededor de seis puntos porcentuales. Eso es alrededor del 10% de la población con vivienda, por lo que tenemos viviendas más allá de la capacidad de pago de la mayoría de los estadounidenses y más allá de lo que los bancos están dispuestos a prestar para comprar una casa.

¿Cómo beneficia esto los titulares de la propiedad, al igual que a los propietarios de fondos buitres?

Pueden hacer grandes beneficios alquilando. Pueden tener un 5, 10, 15%. Eso es mucho más dinero que en el mercado de bonos y es mucho más seguro que la bolsa, porque los precios de las acciones pueden bajar y las ventas corporativas pueden bajar cuando la economía se contrae, pero la gente está desesperada por tener alojamiento. Es la única cosa que necesitan imperiosamente, así que los alquileres ahora están aumentando como porcentaje del presupuesto estadounidense. Suponen un 40% o un 50% de los ingresos en lugares como Nueva York, San Francisco, las zonas de alta renta del país.

¿Qué son los préstamos NINJA?

Esa es la otra cosa que ha cambiado. Lo que calentaba y empujando hacia arriba los precios en 2007 y 2008 eran préstamos a prestatarios sin ingresos, falta de empleo, ni activos. Como Bill Black ha explicado, se trata de préstamos en gran medida fraudulentos. Los defraudadores fueron los bancos. Los fraudes eran las compañías hipotecarias que falseaban los ingresos de los compradores y prestaban la casi totalidad de la hipoteca.

Ahora sólo queda un tipo de NINJA, y esos son los estudiantes. Los préstamos para estudiantes han sido los préstamos de más rápido crecimiento en el país. Suponen alrededor de $ 1.3 billones de dólares, más que los préstamos de las tarjetas de crédito, más que la mayoría de otros tipos de préstamos. Todo el mundo sabe que los estudiantes no son capaces de ganar lo suficiente para pagarlos, porque las tasas de morosidad de los préstamos estudiantiles crecen. No en las hipotecas. Están cayendo en las hipotecas – hipotecas de casas – pero están subiendo en los préstamos estudiantiles.

Pero los bancos sabían que no podían pagar y el gobierno sabía que no podían pagar, por lo que el gobierno hizo un acuerdo ventajoso para los bancos: “Se pueden hacer todos los préstamos a estudiantes que se deseen. Se les puede dar el dinero que se quiera para cualquier tipo de educación, incluso para una educación basura, para Universidades de filfa, o universidades con fines de lucro, como la universidad de Trump, y sabemos que los estudiantes van a quebrar, pero vamos a garantizar sus préstamos y garantizaremos una mayor tasa de interés que en cualquier otro préstamo, porque sabemos que estos préstamos son de riesgo. Sabemos que no van a pagar, pero el gobierno va a asumir todo el riesgo y pagará como si el banco estuviera aceptando el riesgo y como si estuviera haciendo un préstamo auténtico, pensando que será devuelto“.

Todo el escándalo de los préstamos estudiantiles es pura corrupción. Esto demuestra hasta que punto se han hecho cargo de las universidades y el sistema de préstamo del gobierno los bancos que dan los préstamos a expensas de los contribuyentes.

Michael, el gobierno federal ya garantizaba los préstamos estudiantiles, así que ¿cuando quiebran estos préstamos, su cobertura sale de las arcas públicas?

Sí. No sólo el préstamo, sino el préstamo con enorme intereses, más altos que los que los bancos pueden conseguir en cualquier otro tipo de préstamo, y multas muy duras por morosidad, por lo que los bancos están básicamente librándose de los mismos. Los beneficiarios finales, si se les puede llamar beneficiarios, son las universidades, porque el principio básico en el sector inmobiliario que aprendimos en 2008 fue que una casa vale lo que un banco está dispuesto a prestar. Bueno, lo mismo es cierto para la educación.

Pero la educación vale mucho más que lo que un banco está dispuesto a prestar por ella. El banco prestará todo lo que cuesta, porque no hay riesgo, ¿Los bancos no tienen necesidad de preguntar si se trata de una educación de calidad? ¿Es este un préstamo educativo con el que el estudiante realmente va a ser capaz de obtener un trabajo después? ¿O se trata de un préstamo a la Universidad Trump o un préstamo a una universidad con fines de lucro que no está realmente preparando al estudiante para ganar el suficiente dinero? Y ¿qué alternativas tiene el estudiante?

Lo que ha sucedido es que el precio de la educación ha crecido mucho porque los bancos están básicamente financiando un enorme crecimiento del precio que las universidades pueden cobrar por una educación. Si las universidades cobran más, un pregrado de la Universidad de Nueva York puede llegar a los $40.000 dólares y $ 200.000 anuales para un estudiante de odontología … la pretensión es que cuanto más se paga, más se aprende. Pero eso no es lo que está sucediendo en absoluto.

Las universidades se han convertido en centros de lucro y no están contratando más profesores, están contratando más trabajadores a tiempo parcial, y están teniendo un enorme crecimiento en la gerencia y la alta dirección. Así que todos estos costes universitarios hinchados van al sistema de gestión, no a la enseñanza, no a los profesores, y no producen un buen producto.

El efecto de prestar a los estudiantes ha sido distorsionar el sistema educativo, convertir a las universidades como la Universidad de Nueva York en una gran empresa de bienes raíces. Están usando el dinero para comprar más bienes raíces, para construir todo tipo de cosas extrañas que no tienen nada que ver directamente con la enseñanza en clases. Así que cómo sorprendernos que los estudiantes no estén recibiendo suficiente educación para prepararlos para ganar dinero para pagar estos préstamos.

Michael, por último, quiero preguntarle, usted habla de una crisis lenta en lugar de una gran crisis como la que sufrimos en el período 2007-2008. Háblenos de eso.

El problema fue que en 2008 la economía estaba sobre-endeudada. La manera de resolver el problema fue hacer lo que las crisis suelen hacer: La mayoría de las crisis acaban con deuda, por lo que la recuperación comienza a partir de una economía con un nivel mucho más bajo de deuda, pero la administración Obama, a pesar de que se había comprometido a cancelar deudas , nunca lo hizo. Apoyó a los bancos, y mantuvo todas las deudas en los libros de contabilidad, y la economía aún tiene toda la deuda acumulada que tenía en 2008. Y la deuda está creciendo.

El pasado fin de semana, por ejemplo, el New York Times lo celebró, diciendo con optimismo que la economía crece porque la deuda aumenta. Si nos fijamos en la Oficina Nacional de Investigación Económica, sus economistas consideran con “optimismo” esa nueva deuda, porque suponen que toda deuda es voluntaria. No que la gente opta por estar tan endeudada porque son tan pobres que tienen que recurrir a endeudarse con la tarjetas de crédito y pedir más dinero prestado de los bancos.

El hecho es que las personas no se endeudan porque sean optimistas sobre la economía. Están pidiendo prestado porque no pueden permitirse el lujo de llegar a fin de mes y pagar su vivienda y pagar por su educación sin endeudarse. Y tienen que pagar tanto dinero en servicio de la deuda que no pueden permitirse el lujo de comprar bienes y servicios.

Si se da un paseo alrededor de la Universidad de Nueva York, por ejemplo, que solía ser una zona próspera, la calle 8 y las grandes calles comerciales están tapiadas. Los escaparates están cerrados. Nadie entra en ellas, porque nadie puede permitirse el lujo de ir a comer fuera o comprar libros o incluso comprar zapatos y ropa como antes en estas calles comerciales, porque tienen que pagar más por su educación como consecuencia de unos préstamos estudiantiles irresponsables.



29 de mayo de 2017

LA CAMPAÑA ANTICOMUNISTA DE VLADIMIR PUTIN Y LA NATURALEZA DEL ESTADO RUSO

Máximo Relti. Canarias Semanal

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, inauguró a principios de esta semana, acompañado de una cohorte de sacerdotes, un obispo y numerosas jerarquías de la renacida Iglesia ortodoxa de ese país, un templo dedicado, según reza el anuncio oficial, a las "víctimas del comunismo". Como sucediera en la Rusia de los zares, el jefe del Estado fue acompañado la ceremonia del acto inaugural por "su confesor" personal, el obispo Tijón Shevnukov.

No faltan quienes resultan negativamente sorprendidos por este tipo de eventos. Y es que sucede que, de forma paradójica, dentro y fuera de Rusia, hay no pocos comunistas y gentes pertenecientes a la izquierda que no ahorran sus simpatías hacia el actual presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Sin embargo, la carrera de Vladimir Putin no difiere un solo ápice de la de cualquiera de los miles de burócratas de la antigua URSS , que integraron la casta estatal que se fue haciendo con el aparato del Estado soviético en el curso de las últimas décadas de la existencia de ese país.

Una vez que las bases socialistas sobre las que se asentaba aquel país fueron destruidas, los burócratas que detentaban la dirección de las empresas públicas u ocupaban cargos de primera importancia en el aparato del Estado se apropiaron de lo que hasta entonces había sido propiedad colectiva. Uno de esos usurpadores fue Vladimir Putin, un abogado nacido en 1952, graduado en la universidad estatal de Leningrado y que, posteriormente, pretendió hacer carrera ingresando en el servicio de inteligencia soviético de la KGB.

Hasta finales de los años 90, Vladimir Putin fue un perfecto desconocido en la Rusia postcomunista. Eso fue así hasta que, por indicaciones expresas de Boris Yeltsin, el alcohólico ex presidente que vendió a su país a los Estados Unidos como si de un fardo de retales se tratara, se convirtió en su sucesor en el marco de una estructura estatal en pleno estado de descomposición.

La implosión de la antigua Unión Soviética se produjo mientras Vladimir Putin prestaba sus servicios de espionaje en la antigua República Democrática Alemana. Putin aprovechó la ocasión para regresar a Leningrado. Allí, a través de vínculos que se desconocen, se convirtió en asesor de Anatoly Sobchak, entonces presidente de la Diputación de Leningrado. Ese fue el principio de una carrera política que se iba a caracterizar por una inmensa ambición y un vertiginoso ascenso.

Tras el triunfo de su protector Sobchak en las elecciones a la alcaldía leningradense, Putin pasó a ser jefe del Comité de Relaciones Exteriores del Ayuntamiento, y vicealcalde.

En 1996, después de la derrota de Sobchak en los comicios de turno, Putin abandonó a su protector, trasladándose a Moscú, con un puesto en la administración del dipsómano Boris Yeltsin. Pronto éste último lo convertiría en su favorito para la sucesión.

En el año 1998 fue nombrado director del Servicio Federal de Seguridad, puesto que a partir de marzo del año siguiente ocupó de forma simultánea con el de secretario del Consejo de Seguridad Nacional, un puesto clave en la turbulenta y desordenada Rusia de esa década.

En agosto de ese mismo año encabezó el Gobierno de Rusia y lanzó una exitosa segunda guerra contra el separatismo checheno. Hecho que, en un país inmerso en un caótico proceso de desmembramiento, le proporcionó una inmensa popularidad.

Cuando Boris Yeltsin, acusado de múltiples escándalos de corrupción, anunció su dimisión el 31 de diciembre de 1999, Putin, de acuerdo con la nueva Constitución rusa, se convirtió en presidente interino. La sucesión, según comentó la prensa de entonces, se realizó como resultado de un pacto suscrito entre el sucesor y el heredero, en el que este último se comprometía a blindar frente a la persecución judicial a la familia Yeltsin, acusada reiteradamente de nepotismo y de participar en gigantescos negocios resultantes de la privatización de las empresas estatales.

La participación de Vladimir Putin en actos anticomunistas como el citado ni son inusuales ni tienen nada de extraños. Coinciden plenamente con la ideología dominante entre aquellos que se hicieron con el dominio de los restos del desvencijado Estado soviético y de sus empresas estatales. Vladimir Putin no sólo ha sido un administrador de los escombros de aquel Estado, distribuyendo lo que era propiedad colectiva entre sus codiciosos colegas de la burocracia, sino que ha sido también uno de sus principales beneficiarios.

Lo que, desgraciadamente, no parecen haber entendido muchas personas pertenecientes a la izquierda política, incluidos no pocos comunistas, tanto de fuera como de dentro de Rusia, es que la naturaleza de aquel Estado ha variado sustancialmente. Rusia no es ahora un firme baluarte, como lo fue en otra época, de la defensa de los intereses de los pueblos del mundo.

El capitalismo ruso está hoy sometido al mismo tipo de tensiones generadas por las luchas interimperialistas que se producen en otras grandes superpotencias mundiales, como pueden ser Estados Unidos o China. La Rusia de Putin responde a las mismas pulsiones que se producen en cualquier otro estado capitalista desarrollado en la conquista por los mercados internacionales. Como sucede en el resto de los países capitalistas, las empresas privadas rusas dominan el aparato del Estado y hacen que este se encuentre en sintonía con los intereses de la clase social que allí detenta el poder económico. ¿Qué mágico factor, si no, podría librar a Rusia de las contradicciones de la formación social capitalista de la que hoy forma parte?

En su pugna contra sus competidores estadounidenses, determinadas actuaciones del gobierno ruso pueden coincidir de manera coyuntural con los intereses del pueblo de tal o cual país. Pero eso no cambia esencialmente lo fundamental de la cuestión. En momentos tan cruciales como los que vivimos, no tener en cuenta esa realidad equivaldría a olvidar peligrosamente cuál es la naturaleza del Estado ruso y de las contradicciones del mundo del siglo XXI.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG
Mi única diferencia con el texto de Máximo Relti es que considero que nadie que sea comunista pueda mostrar simpatía alguna por Putin del mismo modo en que nadie que sea comunista puede creer que Rusia es la heredera de la URSS.

Un comunista pondría su énfasis en el modo en el que Putin se ha apoyado en los elementos más reaccionarios de la actual sociedad rusa para avanzar hacia el capitalismo en dicho país, privatizando las empresas estatales o permitiendo que lo haga su escudero Dmitri Medvédev. Este es su perrito faldero, del mismo modo en que Putin lo fue del borracho anticomunista Yeltsin, con la diferencia de que la ambición personal de Putin, su zorrería política, su maquiavelismo y sus mejores conexiones con la oligarquía rusa le ha permitido llegar más lejos que a aquél.

Un comunista no resaltaría que Putin está apoyando al gobierno sirio porque, por muy legítimo que éste sea (para mí lo es) y progresista frente a la barbarie del yihadismo, Siria no ha podido elegir aliados, ya que el mundo de la OTAN se le echado encima para destruirla y hubo de recorrer a lo disponible. Del mismo modo que tampoco usaría dicho ejemplo con Venezuela. Simplemente Rusia y Putin juegan su baza imperialista -solo para imbéciles y analfabetos políticos el imperialismo es solo belicismo y no intereses de dominación económica- y buscan sus áreas geostratégicas de influencia y control. Si estos sujetos hubieran leído a Lenin y a su obra “El imperialismo fase superior del capitalismo” sabrían que no hay un único imperialismo sino varios, que ningún imperialismo es bueno, que un comunista ha de enfrentarse a cualquier imperialismo, si es un auténtico internacionalista y no un un vulgar títere nacionalista y cahuvinista, y que las guerras hoy en el mundo tienen sus actores principales en las contradicciones interimperialistas

Esos sujetos que se llaman a sí mismos comunistas y son devotos de Putin son, en realidad, esbirros antimarxistas, más nazbols que siquiera “progresistas”, que eligen, lacayunamente, a qué intereses imperialistas servir, apuñalando los intereses de paz de la clase trabajadora, que en las guerras es siempre la carne de cañón del capital.

Putn, ese fantoche al que le gusta presentarse con el torso desnudo en lucha, cual titan, con animales o fenómenos de la naturaleza, es el mismo que en 2016 culpó a Lenin de la destrucción de la URSS.

Para esos imbéciles, que pueden llamarse como quieran, pero debieran lavarse sus bocazas antes de ensuciar la idea comunista declarándose tales, hay una idea que no se atreven a expresar: la de que el sátrapa tiene algo que ver con Lenin más que el nombre Vladimir. Nada más lejos de la realidad. Lenin era un internacionalista, Putin un nacionalista. Lenin era un marxista, Putin un capitalista. Lenin fue antiimperialista y luchó contra todo imperialismo, Putin es un imperialista que defiende el suyo. Lenin impulsó la nacionalización de los medios de producción y el control obrero de la producción, Putin las privatizaciones a favor de la oligarquía capitalista rusa y el control de la economía por la mafia empresarial. Lenin combatió la guerra, Putin la usa a favor de su clase. Lenin favoreció la unidad fraternal de muchos pueblos bajo un Estado socialista, Putin fue lacayo del borracho Yeltsin, que terminó de destruir la URSS, después de que un tipejo anticomunista como Gorbachov le diese el tiro de gracia.

Y ahora, payasos anticomunistas, que secuestran el nombre comunista para ensuciarlo y confundirlo con el neofascismo, váyanse a la mierda y a leer el RT, el Sputnik o el Katehon.

PD: Acaba de llegarme un enlace que me ha facilitado una camarada en la que se pone en el  sitio que realmente le corresponde a Putin. Este enlace es de una organización juvenil comunista rusa